John Maynard Keynes i Friedrich Hayek sostingueren solucions oposades per a la resolució de la crisi del capitalisme que plantejava la Gran Depressió. Els dos malfiaven del socialisme, però mentre que el primer atorgava un paper clau a la despesa pública per tal de compensar el dèficit de demanda que patien els mercats, Hayek, partidari a ultrança del capitalisme liberal, ho fiava gairebé tot als mercats i a la confiança en la seva capacitat d'autoregulació.
Lluís Cànovas Martí / 25.4.2013
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A diferencia de las anteriores crisis económicas de la humanidad, que fueron de carestía, la gran crisis desencadenada en 1929 se caracterizó por ser una crisis de sobreproducción. El fenómeno tenía que ver con el empuje recibido del proceso industrializador que acompañó a la Primera Guerra Mundial (1914-1918): en el transcurso de la que sería conocida también como Gran Guerra, los países industrializados habían multiplicado su producción para compensar la merma fabril de los países beligerantes, mientras que los países coloniales dejaron de importar las manufacturas de las metrópolis y tendieron a crear sus propias industrias de transformación y consumo. La confluencia de esta doble tendencia con la parálisis industrial de Europa -principal escenario bélico de la contienda- desataría la crisis cuando la producción europea recuperó en los años veinte los niveles de preguerra y no encontró la correspondiente demanda del mercado, que se había hundido en la precariedad general. El panorama se agravó por la falta de rigor del sistema bancario en la concesión de créditos y acabó provocando el crash bursátil de 1929 y la subsiguiente Gran Depresión.
Mientras tanto, la incapacidad analítica de una ciencia económica aún embrionaria se dejaba arrastrar, salvo en la Rusia soviética, por los lugares comunes del pensamiento macroeconómico fundamentados en las teorías de los clásicos, sobre todo en las de David Ricardo y Adam Smith. A esa inercia teórica de raíces clásicas opuso John Maynard Keynes su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, que se publicó en 1936 y abriría un gran debate sobre las medidas a aplicar para la solución de la crisis y el papel que en ella debía corresponderle al estado.
John Maynard Keynes nació el 5 de junio de 1883 en Cambridge, donde su padre, John Neville Keynes, ejercía como profesor de filosofía y economía en la Universidad, y la madre, Florence Ada Brown, se contaba entre las primeras mujeres que habían accedido a la universidad y, con los años, devendría la primera que llegó a la alcaldía de Cambridge, en 1932. El joven John ingresó en 1902 en el King's College de Cambridge y tras interesarse por las matemáticas, la estadística, la filosofía y la literatura, se centró finalmente en la economía: en la Facultad de Economía, ya en ese tiempo la más prestigiosa del mundo en esa disciplina, tuvo como profesores a Alfred Marshall y Arthur Pigou. Por su ambiente familiar y académico, el joven se movió siempre en un medio social elitista en el que destaca su participación en el llamado Círculo de Bloomsbury, donde escritores como Lytton Strachey y Virginia Woolf, o el pintor Duncan Grant -amante de Keynes durante algunos años-, llevaron a la práctica sus postulados contrarios a la moral victoriana del momento. Movido por esa misma inquietud, en 1918 conoció al empresario de los Ballets Rusos, Serguei Diaghilev, y en 1925 acabó casándose con Lidya Lopokova, pareja artística del célebre Nijinski en la no menos célebre compañía.
Del mismo modo que sus intereses intelectuales se movieron en distintos campos, también como economista se multiplicó en distintas actividades y puestos, tanto públicos como privados: ingresó en el Home Civil Service en 1906 y fue destinado a la oficina de la India; en 1909, obtuvo una plaza de profesor de Cambridge; director del Economic Journal desde 1911; secretario de la Royal Economic Society; asesor financiero del King's College, del Banco de Inglaterra; consejero del Ministerio de Hacienda desde 1916; consejero económico del primer ministro; miembro de la delegación británica que en 1919, tras la Gran Guerra, participó en la Conferencia de Paz de París, puesto del que dimitió en protesta por las indemnizaciones abusivas impuestas a Alemania (y cuyas consecuencias previó en un libro de ese mismo año, Las consecuencias económicas de la paz); miembro de varios consejos de administración de empresas financieras y aseguradoras, empresario del Teatro de las Artes de Cambridge, durante años el primer escenario del país...; presidente de la comisión del Banco Mundial; jefe de la delegación británica en las negociaciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de la ONU celebrada en Bretton Woods, que tras la Segunda Guerra Mundial estableció el consenso del nuevo orden económico mundial en torno al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de Pagos Internacional.
Sería este el último escenario de mérito de sus 63 años de vida, pues falleció el 21 de abril de 1946 víctima de un infarto del miocardio en su residencia de Sussex.
El fruto teórico de esa ingente práctica profesional y académica se concretaría en el legado de una serie de estudios: Tratado sobre la probabilidad (1921, una contribución a las bases matemáticas y filosóficas de la teoría del cálculo de probabilidades), Breve tratado sobre la reforma monetaria (1923, propuesta de tipos de cambio flexibles en pro de la estabilidad de precios), Tratado sobre el dinero (1930, teoría monetaria formulada en la «teoría wickselliana de los fondos prestables»), y la que constituye su obra capital, la ya señalada Teoría general..., de 1936, considerada la base fundacional de la moderna macroeconomía, donde desarrolla el concepto de demanda agregada en la variación general de la actividad económica y, en base a la observación de los parámetros económicos registrados durante la Gran Depresión, concluye que en una situación de desempleo y capacidad productiva no utilizada solo cabe aumentar el empleo y los ingresos totales aumentando en primer lugar los gastos en consumo o en inversión.
La aplicación en 1938 de esa teoría a la política de gasto deficitario contenida en el programa de New Deal del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt fue un elemento clave en la superación de la Gran Depresión. Un éxito muy discutido en el mundo de las finanzas neoliberal que, enarbolando la bandera de la «globalización», en la transición de los siglos XX al XXI condujo la economía mundial a la crisis de 2007. Unas circunstancias que devolvieron la obra de Keynes al debate de la actualidad.
[ Vegeu també: Milton Friedman, factótum del neoliberalismo / [Història i política] El neoliberalismo de los vencedores / El crack de 1929 y la Gran Depresión ]
Lluís Cànovas Martí, «John Maynard Keynes y la Gran Depresión» Escrit per a Grandes personajes universales, Ed. Océano, Barcelona, 2013