La influència de partits grupusculars com Revolta Global en la marxa dels esdeveniments polítics de Catalunya transcendeix puntualment més enllà del que la seva absència dels medis de comunicació sembla suggerir. A la imatge, presència de Revolta Global en una manifestació contra la política de «retallades» del govern català [plaça de Sant Jaume de Barcelona, maig 2011].
Lluís Cànovas Martí / 12.12.2014
[ Vegeu també: El peix al cove y la catalanofobia antisemita / Apuntes sobre las balanzas fiscales Catalunya-España / LAPAO: la travestida lengua catalana de Aragón / El PP valenciano contra la unidad de la lengua / L'estat de les autonomies (1978-2012) ]
[ Ponència presentada i debatuda sense conclusions a la reunió del grup de base de Revolta Global del barri barceloní de Gràcia, el 15 de desembre de 2014. ]
Caben pocas dudas respecto a que la aceleración del curso social y político que está viviendo Catalunya tiende a desbordar todos los análisis. La trascendencia del proceso en el que, desde septiembre de 2012, se encadenan ininterrumpidamente los acontecimientos catalanes, y la creciente conciencia de estar asistiendo a una coyuntura totalmente excepcional (la eclosión de un movimiento independentista de nuevo cuño coincidente en el tiempo con signos de agotamiento del régimen surgido de la transición española), moviliza a un número ingente de personas y hace visible una multiplicidad de factores que con anterioridad a esa fecha habían permanecido al margen del debate político convencional: irrumpen agentes sociales que habitualmente pasaban inadvertidos por su marginalidad; activa y muestra intereses en general olvidados u ocultos; lleva al primer plano problemáticas silenciadas que habían sido sustraídas al debate ordinario; evidencia contradicciones que promueven la polémica en todos los ámbitos de participación... Se trata de un conjunto de indicadores que proclama la creencia más o menos generalizada en la inevitabilidad del cambio y refleja los ingredientes básicos de un marco de acción complejo y nuevo que algunos medios han calificado, titubeantes y tímidos, como «revolución democrática».
Acertado o no, el diagnóstico de que en Cataluña está en marcha una revolución democrática puede ser objetado --y de hecho es objetado-- desde diversos puntos de vista. En cualquier caso, la afirmación conlleva una controversia que certifica que el país se encuentra ante la incertidumbre de un cruce de rumbos distintos para el que no existen itinerarios inequívocos: en tales circunstancias, la reflexión y el análisis debieran imponerse como necesidades primordiales.
Por contra, la falta de tiempo para la reflexión y el análisis a que conduce el activismo inherente a toda militancia puede convertir a las organizaciones incursas (sociales, políticas... y de todo tipo) en víctimas inútiles de un movimiento soberanista en el que la iniciativa de la dirección popular del comienzo está siendo en gran parte neutralizada, cuando no recuperada, por el president y su gobierno, acaso también estos al pairo de su propia indeterminación respecto a los objetivos que proclaman. En ese sentido, las organizaciones de la izquierda alternativa, caracterizadas supuestamente por un especial sentido crítico, no son una excepción. Revolta Global, en cuanto partido inmerso en el movimiento, podría ser considerado un caso paradigmático del fenómeno.
La política de Revolta Global se debate en un mar de contradicciones. Puede que, entre otras, con origen en el funcionamiento práctico de su estructura orgánica y, en ausencia de un marco de cohesión interna, en un pragmatismo irreflexivo que tal vez de forma inexorable lo hace rallar en el oportunismo.
En cuanto a su estructura orgánica, el marco decisorio de la organización ha escapado de los grupos de base a las plataformas en las que se desenvuelve el trabajo de los militantes, forzados a guiarse por sus propias intuiciones; la política común que le da sentido ha dejado de ser analizada y discutida de modo conjunto, reducida a lo sumo a simples intercambios ocasionales y asistemáticos de la información disponible.
Exponente del problema orgánico, en su máximo nivel decisorio se ha pospuesto en dos ocasiones la celebración de los congresos previstos aduciendo que la aceleración del proceso de cambios vivido por el país haría efímera la vigencia de cualquier acuerdo; para paliar las consecuencias de esa medida dilatoria se arbitró la convocatoria de asambleas de militantes con las que compensar las necesidades de intercambio y decisión más perecederas. Pero, mientras tanto, se echaba en falta la elaboración y circulación de documentos propios que habrían podido animar el debate interno y que fueron obviados por mor de alguna de las decisiones táctico-estratégicas tomadas por la dirección; por su parte, las coordinadoras apenas alcanzaban a cumplir una función de remedo, ahogadas en la imposibilidad de satisfacer todos los requerimientos planteados por el día a día. Indicativo del ánimo general reinante, la única asamblea convocada del señalado plan de sustitución congresual ocupó una simple reunión matinal a la que asistieron una escasa treintena de militantes: el debilitamiento de las fuerzas de cohesión sin duda sienta las bases para la aparición de fuerzas centrífugas. Un primer síntoma, a comienzos de noviembre, una propuesta del secretariado confederal orientada a convertir el partido en una asociación. Una medida surgida de Izquierda Anticapitalista y que puede que tenga sentido y deba ser considerada en España, pero que parece carecer de sentido en una Cataluña donde sin duda las exigencias del proceso político en marcha son muy distintas, cuando no antagónicas.
La propuesta de «conversión asociativa» aparece como una más, la última acaso, dentro de un itinerario errante que en Revolta Global tiene algunos hitos significativos: el apoyo explícito brindado a la barcelonesa Candidatura de Unitat Popular (CUP-Alternativa per Barcelona) en las elecciones municipales de mayo de 2011, y el confuso y discutido apoyo tácito dado a la candidatura de esta formación (CUP-Alternativa d'Esquerres) en las elecciones autonómicas de noviembre de 2012; la participación activa en abril de 2013 en el parto de Procés Constituent (PrC), plataforma política en la que Revolta Global pasó a volcar su máximo esfuerzo militante, con el resultado de una importante presencia en sus órganos de representación (cinco de un total de 21 miembros de la coordinadora); y la participación en mayo de 2014 en el lanzamiento de Podemos (en Catalunya, Podem) durante la campaña de las elecciones europeas. A la vista de ese planteamiento itinerante, cabría interpretar la propuesta de conversión de Revolta Global en una asociación como una consecuencia más de algo que se dibuja como simple falta de norte.
Se trata del empeño en una diversificación de frentes que tal vez cabría justificar por una estrategia de confluencia de la izquierda alternativa. Pero el apoyo a ese Podem/Podemos, en el que hoy por hoy parecen decantarse los nuevos intereses de lucha, implica un cambio de rumbo sustancial en los planteamientos políticos de Revolta Global: si las dos primeras opciones, CUP y PrC, aparecen como netamente soberanistas, comprometidas con el objetivo de la independencia de Cataluña, Podem/Podemos se emplaza en un inequívoco marco de referencia español --aún pendiente de definición precisa--, mucho más distinto de lo que aparenta, aunque se diga dispuesta a reconocer el «derecho a decidir». Hoy por hoy las posiciones programáticas que la nueva organización presentó en las europeas están siendo revisadas a la baja en todos los puntos. Responde así a una estrategia de nueva centralidad política que, por razones obvias, apunta a arrancar votantes de la derecha y en ningún caso contempla, ni va a contemplar nunca, porque sería suicida para sus planes hegemonistas, el apoyo al proceso soberanista catalán.
Más allá del marco territorial, CUP y PrC han abogado siempre por una estrategia que equipara y hace indesligables las reivindicaciones sociales y las reivindicaciones nacionales. Esa estrategia, que la propaganda de ambas organizaciones concretó en su momento en los nada afortunados eslóganes «Independència per a canviar-ho tot» y «Volem la república catalana del 99%» de sus respectivas campañas de agitación, señala un camino muy distinto al que parece abrir el nuevo frente: Podem/Podemos ya ha dejado clara la prioridad de lo «social» por encima de cualquier otra reivindicación y coloca el derecho a decidir --sobre la soberanía territorial-- en la cola de otras de sus reivindicaciones para las que también exige el mismo derecho, una medida que, ignoro con qué legitimidad, algunos miembros de la dirección de Revolta Global parecen haber hecho suya y proyectado sobre el conjunto de la organización.
En este intenso tránsito político de escasos tres años, la escasez de recursos militantes de Revolta Global --junto a una retahíla de matices diferenciadores que sobrepasa este análisis-- ha obligado al abandono de la primera opción (CUP) en beneficio de la segunda (PrC), y se propone ahora dar ese nuevo tercer paso, en el que, supuestamente, la influencia de Revolta Global abonará la consiguiente instrumentación de Procés Constituent para fortalecer la opción Podem/Podemos. ¿Me equivoco? A eso, sin temor a caer en el error, se le podría llamar, sin paliativos, «oportunismo». Sobre todo cuando la toma de decisiones pasa por el cálculo partidista del número de escaños que podría deparar en el futuro, si las estimaciones que arrojan las encuestas de opinión se confirmaran: la demoscopia es, y debe seguir siendo, desde luego, un instrumento auxiliar útil en el análisis político, pero en ningún caso puede orientar, y menos determinar, ninguna estrategia que se pretenda revolucionaria.
[ Quatre mesos mes tard, el canvi de rumb de Revolta Global contra el que advertia aquest document seria ratificat en una assemblea de militants d'aquesta organització celebrada el 10 d'abril de 2015. ]
[ Vegeu també: El peix al cove y la catalanofobia antisemita / Apuntes sobre las balanzas fiscales Catalunya-España / LAPAO: la travestida lengua catalana de Aragón / El PP valenciano contra la unidad de la lengua / L'estat de les autonomies (1978-2012) ]
Lluís Cànovas Martí, «Perill a la rereguarda»Ponència per a un grup de base de Revolta Global, desembre 2014