La lengua asturiana, también conocida como bable, es un dialecto que pertenece al grupo lingüístico asturleonés y cuyos primeros textos (entre los que se cuenta el Fuero de Avilés, de 1085) se remontan a la edad media. Se habla en la mayor parte del Principado de Asturias (excepto en su franja occidental, donde predomina la lengua gallega) y está amparada por una ley de protección lingüística de 1998, que sin embargo no le reconoce el estatuto de cooficialidad. Los orígenes de la literatura asturiana se suelen situar en el siglo XVII, con Antonio González Reguera (Antón de Marirreguera, 1605-1662?), quien recreó en bable mitos clásicos como el de Dido y Eneas. En los siglos siguientes, contó con escritores ilustres como Xosefa de Jovellanos (1745-1807, hermana de Gaspar Melchor de Jovellanos), Xosé Caveda y Nava (1796-1885), Xuan Maria Acebal (1815-1895), Fernán Coronas (Padre Galo, 1884-1939)... Durante el siglo XIX el renacer de las letras asturianas, paralelo al auge vivido por las literaturas catalana y gallega, dio nombres ilustres como Teodoro Cuesta, Pepín Quevedo (Humoraes), Pepín de Pría, Pachín de Melás... Pero experimentó una importante caída con las circunstancias políticas abiertas por la guerra civil española (1936-1939) y la dictadura franquista, que dieron lugar a una literatura de exilio, cultivada sobre todo en Hispanoamérica y pendiente aún de publicar en su mayor parte. Con la reinstauración de la democracia tuvo lugar un esfuerzo por cultivar una lengua culta y se produjo una recuperación de géneros y la incorporación de otros que, como el dramático, apenas contaba con precedentes. La problemática social y política alimentó los temas de la producción de una primera generación, que tiene en Manuel Asur y Felipe Prieto a sus figuras más representativas. Tras la fundación de la Academia de la Lengua Asturiana y la adopción de un estándar literario, a comienzos de los años ochenta surgió una nueva generación en la que destacan los poetas Xuan Bello (con buena parte de su obra dedicada a la recreación del mito de su Paniceiros natal), Esther Prieto (Güelu Ismail y El chicolate espeso) y Lourdes Álvarez (Aldabes del olvidu y Mares d'añil), los escritores Pablo Antón Marín Estrada (Blues del llaberintu y Letia), el autor de novela negra Adolfo Camilo Díaz (El ruíu y Saltu de cama), Milio Rodríguez Cueto (Románticu y L'último volador), Ramon Lluis Bande (Verdá o consecuencia y De la vida de les piedres ), Antón García (Dies de muncho)... En la década de 1990, el poeta Martín López Vega (Luz de invierno en el Gianicolo) y Lluis Aique Iglesias, representativo de la generación de escritores que en 1996 daba a conocer el libro antológico Muestra de nuevos narradores. |