Poeta en lengua catalana (Roda de Ter, 1929). De lenguaje culto, exquisito y algo ininteligible, sus primeros versos serán galardonados en 1953 con el premio Óssa Menor (Paraules al vent, 1954). Tras una crisis de valores religiosos, se incorpora a la corriente del «realismo histórico» que recorre la década de 1960, y su lenguaje deviene más sencillo y coloquial. El poble (1966) y La fàbrica (1972) dan fe de los ambientes que conoce: el de las gentes de su pueblo, de los obreros de la fábrica textil en la que trabaja desde los 14 años, de los jubilados... «su gente», citada a veces con nombre y apellidos, y convertidos todos por obra de su arte en héroes épicos de sus versos. Un hecho dramático cambiará, sin embargo, el rumbo de su obra a comienzos de la década de 1970, al detectársele los primeros síntomas de una esclerosis múltiple, que acabará postrándolo en una silla de ruedas, y que se hace presente ya en Vint-i-set poemes en tres temps (1972), donde emprende una reflexión, a la manera de S. Espriu, sobre el sentido de la vida. Una cierta presencia de la muerte impregna los poemas de Cinc esgrafiats a la mateixa paret (1975), donde los sentidos -la vista y, especialmente, el tacto- cobran una significación especial en la medida que le permiten establecer los límites de su nueva realidad personal. Quadern de vacances (1976) remonta sin embargo aquellas circunstancias, que en su debate vital parecen inclinarlo finalmente en pro de un futuro lleno de esperanza (Crónica de demà, 1977), y en un canto a la vida que retoma los temas de la poesía amorosa en un libro, Estimada Marta (1978), que le dio una popularidad poco común entre los poetas. Es la misma actitud vital que mantendrá en L'àmbit de tots els àmbits (1981), donde reflexiona críticamente sobre el futuro nacional catalán, otro de sus temas recurrentes. Ese vitalismo básico se matiza en los siguientes poemarios: Primer llibre de Bloomsbury (1982) y Els bells camins (1987), y en Llibre d'absències (1985), escrito bajo los efectos de la muerte de su primera mujer. En la década de 1990, en plena madurez, mientras algunos de sus poemas cobran gran difusión musicados por el cantautor catalán Lluís Llach, su obra se abre a la conciencia otoñal de la vejez, evidente en Hivern plàcid (1994) y Llibre de les solituds (1997), donde paradójicamente recupera la ironía perdida muchos años atrás. M. Martí Pol es autor del libro de cuentos Contes de la vila R. i altres narracions (1989) y ha publicado una selección de sus numerosos escritos periodísticos en Papers domèstics (1996). |