Escritor en lengua catalana (Andratx, 1937) cuya obra, de raíz profundamente individualista, evoca el mundo mediterráneo y recrea el universo mítico de su Andratx natal. Irrumpió sin embargo como autor social, en plena recuperación del realismo histórico, con obras teatrales matizadas por la influencia del tremendismo de C. J. Cela -con quien trabajó en la revista Papeles de Son Armadans -: Els condemnats (1959), donde el protagonista es asesinado por la familia en un clima de resonancias sartrianas; La simbomba fosca (1961), construida con técnicas del teatro del absurdo; las piezas épicas Èxode (1960), Romanç de cec (1962) e Història d'una guerra (1964), esta última acuse de recibo del paso de B. Brecht por la escena barcelonesa. En la primera novela, Solnegre (1961) -donde el protagonista da en la cárcel por su participación en un crimen-, el autor emprende un camino de interiorización que anuncia su trayectoria posterior, pero que de momento interrumpirá con las novelas objetivistas La lluna i el Cala Llamp (1963), donde sitúa la acción durante una travesía de cabotaje Mallorca-València-Barcelona, y Els argonautes (1968), en el marco del contrabando marítimo Tánger-Mallorca. Instalado desde 1960 en Barcelona, donde dirigirá el semanario Destino, se adentra en la construcción del mito de Andratx en una nueva etapa marcada por la interiorización personal y el realismo mágico: ensaya las técnicas en los relatos de Difunts sota els ametllers en flor (1970), las pone en práctica en Cavalls cap a la fosca (1975) -primera de una trilogía que completan Les pomes d'or (1980) y Els dies immortals (1984)- y Les primaveres i les tardors (1986), dos de sus mejores novelas, en las que evoca su mundo familiar. El conjunto de su obra, escrita en una prosa muy personal que el crítico Joaquim Molas ha definido como «uno de los mejores catalanes literarios posibles», proporciona una visión del mundo basada en historias parciales e intensas que se articulan en pos de una mayor complejidad. El cenit de su prosa barroca lo alcanza en El cor del senglar (2000), donde narrador y autor se identifican en una misma persona -uno de los personajes dirige una larga carta al narrador, «Baltasar Porcel»- que se busca a sí misma a través de una indagación sobre su pasado familiar. La última de sus novelas es L'emperador o l'ull del vent (2001), que sitúa la acción entre los prisioneros franceses deportados a la isla de Cabrera tras la batalla de Bailén. Personaje controvertido, la voluble trayectoria ideológica del autor le ha llevado de la admiración por la China maoísta, al anarquismo durante la transición democrática y la posterior aceptación del sistema monárquico, en donde aparece vinculado a los círculos de poder del nacionalismo convergente catalán. La revolta permanent (1978), sobre la vida del anarquista Joan Ferrer, aparece como primer ejemplo catalán de una tipología narrativa similar a la non-fiction novelística estadounidense. |