Campament de refugiats a Tinduf
Sahara Occidental: la guerra olvidada
Lluís Cànovas Martí  /  febrer de 2002

[ Vegeu també: Apuntes sobre el Magreb / Argelia, ramadán sangriento ]

La descolonización del Sahara Español y la anexión del territorio por Marruecos y Mauritania dieron lugar en 1976 a un conflicto bélico en el que las reivindicaciones saharauis, incapaces de imponerse en el campo de batalla, se empantanaron en la mediación propiciada por Naciones Unidas desde 1987. A las propuestas de referéndum de autodeterminación (aplazado cinco veces desde 1992) y plan de autonomía bajo soberanía marroquí (2001) se sumaba en 2002 una propuesta de división del territorio, calificada de cuarta vía, como alternativa al abandono de la misión de Naciones Unidas.

LOS ORÍGENES DEL PROBLEMA

ANTECEDENTES HISTÓRICOS. La primera fundación castellana en la costa sahariana de África (consecuencia de la proximidad geográfica del dominio de Castilla sobre el archipiélago de Canarias a comienzos del siglo XV) data de 1476 y fue el fuerte de Santa Cruz de Mar Pequeña, usado como presidio y base logística para las incursiones militares en la región (hasta que fue abandonado en 1524). Estableció un modelo de dominio territorial que se reprodujo en los años siguientes en otros puntos costeros, como Nun y Bojador, y cuyos límites fueron reconocidos en el Tratado de Cintra, suscrito en 1509 con Portugal, que a su vez había fundado el presidio de Santa Cruz de Agadir.
El interés por esta costa africana se limitó durante los tres siglos siguientes a las posibilidades de explotación de sus bancos pesqueros. Pero aumentó a finales del siglo XIX por las mismas razones geoestratégicas que establecieron las condiciones del reparto de África en la Conferencia de Berlín de 1884-1885.

LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA. En 1884 el alférez español Emilio Bonelli fundó, como comisario regio, varios puertos en la costa, entre ellos Villa Cisneros (actual Dajla), y, llevando a cabo en los años siguientes las primeras exploraciones del interior, sometió el territorio a la soberanía de España, que lo incorporó a la Capitanía General de Canarias desde 1886. No fue, sin embargo, hasta 1936 que unidades militares al mando del capitán Antonio de Oro completaron la penetración en la totalidad del territorio. El proceso de delimitación de fronteras se dilató asimismo en el tiempo a través de las convenciones hispano-francesas de 1900, 1904 y 1912, y culminó en 1956 con el acuerdo por el que los gobiernos de ambos países reconocieron la independencia de Marruecos. Tras sucesivos cambios administrativos, un decreto del 10 de enero de 1958 concedió al Sahara Occidental el estatuto de provincia española.

EXTENSIÓN Y LÍMITES. Comprende unos 266.000 km² (según la superficie aceptada hoy en día por Naciones Unidas) en el extremo occidental del desierto del Sahara. Se sitúa a la altura del Trópico de Cáncer y tiene su límite oeste en el litoral atlántico de África, donde abarca los 1.200 kilómetros que separan la desembocadura del río Dra y cabo Blanco. Estos dos accidentes geográficos marcaban al norte y al sur, respectivamente, las fronteras litorales del Sahara Español con Marruecos y Mauritania. Los límites interiores del territorio (que se extiende hacia el noreste hasta la misma Argelia, con la que comparte hoy unas pocas decenas de kilómetros de frontera) fueron el resultado de las ya señaladas convenciones.

PRINCIPALES RECURSOS ECONÓMICOS. Son básicamente tres: la pesca, los fosfatos y el petróleo. El banco de pesca sahariano ocupa 150.000km² y es uno de los más ricos del mundo. La existencia de yacimientos de fosfatos en Bu Cra es conocida desde 1947, y en 1963 se localizaron estratos con un altísimo contenido de fosfato tricálcico y se determinó la existencia de 10 millones de toneladas de reservas (cifra multiplicada años más tarde por mil), una de las principales del mundo. Fueron explotadas a partir de 1969 por la compañía estatal española Fos Bucrá. Las prospecciones petroleras llevadas a cabo desde 1969 por empresas españolas, estadounidenses y alemanas establecieron la existencia de reservas en la región norte y a lo largo de la costa. La inestabilidad política posterior las preservó de cualquier explotación. En 2001, las licencias concedidas por Marruecos a la francesa Elf Total y la norteamericana Kerr Megee para la explotación petrolífera en aguas saharianas fueron denunciadas por Naciones Unidas como una violación del derecho internacional.

LAS TRIBUS SAHARAUIS. Las poblaciones autóctonas saharauis, de origen principalmente bereber, pertenecen al subgrupo hamita del Norte de África, de rasgos similares a los nativos guanches de las Canarias y a los actuales mauritanos. Eran tribus nómadas que desde finales del siglo VII habían sido islamizadas y arabizadas (en el proceso de asimilación adoptaron como habla común el hasanía, dialecto próximo al árabe literal) y, al margen de las constricciones fronterizas acotadas por las comisiones geográficas coloniales en el siglo XX, ejercían libremente el pastoreo en la región y más allá de estos confines.

Principales tribus (según el censo de 1974)
Nombre Población Especialización
Erguibat 21.000 guerrera
Izarguien 19.000 guerrera
Ulad Delim 11.000 guerrera
Ulad Tridarin 9.000 tributaria
Otras: Arosien, Ait Lahsen, Ahlma, Imraguen, Yaggout...

Las tribus constituían el principal factor de cohesión social y representación política. Su estructura poblacional implica un modelo de sociedad que entraría en crisis con la guerra de liberación y las necesidades de construcción de un Estado propio. Las tribus estaban organizadas jerárquicamente, ocupaban ámbitos territoriales específicos y distinguíanse por una cierta especialización funcional en la que sobresale la existencia de tribus marcadas por una tradición guerrera (que les daba una cierta hegemonía sobre las restantes) y tribus tributarias (en el pasado obligadas a rendir tributos dinerarios o en especies a las otras). En todas figuraban, además, adscritos grupos de artesanos y profesionales varios, como los iggauen o bardos..., y hasta fechas muy recientes una no desdeñable población esclava, que, aunque fue abolida por la legislación de los colonizadores españoles, siguió, en la práctica, desempeñando los trabajos más serviles. Por número de componentes y por su papel hegemónico, la más importante de estas tribus es la Erguibat, que se constituyó en el siglo XVI y cuyos miembros desempeñan aún un papel destacado en el aparato de poder que se estructura en torno al exilio de Tinduf. En el proceso colonizador desempeñaron un papel decisivo los pactos con los jefes de las tribus Izarguien y Ait Musa u Ali, que se pusieron bajo la protección del gobierno español, allanando un camino de sumisión que secundarían luego las tribus restantes.

Manifestació saharaui a l'Aaiun (26 d'octubre de 1975)

LA DESCOLONIZACIÓN

INICIO DEL PROCESO DESCOLONIZADOR. El Sahara Occidental no pudo permanecer indefinidamente al margen de los aires de liberación nacional africanos de los años cincuenta y del espíritu descolonizador fijado en 1960 por Naciones Unidas en su Resolución 1.514. En 1970 los activistas de la Organización de Avanzada para la Liberación del Sahara (OALS) plantearon un proyecto propio que chocaba con la vía de independencia tutelada que se proponía España. Ese mismo año (17 de junio) el Tercio Juan de Austria de la legión reprimió una manifestación de la OALS en El Aaiún, causando un número indefinido, de entre cuatro y treinta muertos según las fuentes. En 1974, Naciones Unidas dicta (13 de diciembre) la Resolución 3.292 sobre la descolonización del Sahara Español, para el que España propone ya un referéndum de autodeterminación. Al año siguiente, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya rechazaría las aspiraciones marroquíes sobre el territorio (16 de octubre).

Las organizaciones políticas
Organización de Avanzada para la Liberación del Sahara (OALS): partido clandestino de signo nacionalista creado por El Bassiri en 1969. Sus objetivos inmediatos eran vagamente autonomistas y obtuvo una rápida implantación local.
Mouvement de Résistance des Hommes Bleus (Morehob): creado en 1972 por los servicios de información marroquíes, que, en una maniobra de intoxicación perfecta, al año siguiente lograron abrir una sede en Argel. Este hecho retrasó el reconocimiento argelino del Frente Polisario hasta 1975.
Movimiento 21 de Agosto: grupo clandestino de oscuros orígenes surgido en Marruecos para luchar contra el colonialismo español en el Sahara, Ceuta y Melilla. Toma el nombre de la fecha de 1953 en que los franceses depusieron al sultán Mohamed V y dio comienzo la lucha anticolonial marroquí. Pasó a denominarse Frente de Liberación y Unidad y suscribió comunicados con el Morehob.
Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS): se creó en 1974 y fue el único legalizado por España, que trató así de reconducir institucionalmente el naciente sentimiento nacionalista. Su proyecto independentista se vino abajo cuando en 1975 su secretario general, Jalihenna Uld Rachid, huyó a Marruecos con los fondos del partido y rindió vasallaje al rey Hassan II.
Frente para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente Polisario): nació en la clandestinidad el 10 de mayo de 1973. Contó en los orígenes con el apoyo militar y político de Mauritania, y con el de Argelia desde 1975. Es el partido único de la RASD y, a partir de ese año, hegemonizó la lucha independentista.
LA «MARCHA VERDE». El gran despliegue propagandístico marroquí para tratar de legitimar sus aspiraciones anexionistas culminó el 6 de noviembre de 1975 con la «marcha verde», que movilizó a 350.000 voluntarios (básicamente parados y militares sin uniforme), para ocupar el Sahara en una operación simbólica cuyo desarrollo pacífico (armados con el Corán) y temporal (48 horas) pactó Marruecos tres días antes con el gobierno español. La marcha había sido proyectada con gran antelación por un gabinete de estudios estratégicos de Londres, financiada por Arabia Saudí (un gesto demostrativo de la solidaridad entre las monarquías islámicas conservadoras) y llevada a cabo con conocimiento del departamento de Estado norteamericano.
Proclamació de la República Àrab Saharaui Democràtica a Bir Lehlu (27 de febrer de 1976). En primer pla, a la dreta, El Uali, secretari general del Front Polisari i president del país, mort en combat el 9 de juny del mateix any

LOS ACUERDOS TRIPARTITOS DE MADRID. La pujanza creciente del Frente Polisario y el fiasco del PUNS convencieron al gobierno español de la inviabilidad de un Sahara pro español con independencia tutelada. Se impuso la perspectiva geoestratégica del Alto Estado Mayor del ejército, que advirtió de la amenaza que para Canarias supondría un Sahara independiente bajo la influencia revolucionaria de Argelia y Libia, tras lo cual se optó por transferir la administración del territorio a Marruecos. Los acuerdos de Madrid, pactados los días 12-14 de noviembre de 1975 con este país y Mauritania, proporcionaron a España la coartada necesaria para ejecutar la señalada transferencia, que entraba en contradicción flagrante con la doctrina descolonizadora de Naciones Unidas.
Ninguno de los proyectos de cooperación económica previstos en los acuerdos como contrapartida beneficiosa para España se materializó y lo único que perduró fue la sospecha sobre la integridad de los negociadores españoles, acusados, años después, de beneficiarse de la inveterada práctica del soborno ejercida por la Corona alauita. La ley de Descolonización del Sahara se publicó en el BOE el 20 de noviembre, coincidiendo con la muerte de Franco. Cuatro días después se hizo cargo del Sahara una administración tripartita de los firmantes de Madrid.

 Cronología
1973 Se funda el Frente Polisario (10 de mayo). El ataque al puesto fronterizo de El Janga (20 de mayo) señala el comienzo de la lucha armada.
1974 Resolución 3.292 de Naciones Unidas sobre descolonización del Sahara Español (13 de diciembre).
1975 El Tribunal de La Haya rechaza la marroquinidad del territorio (16 de octubre). La «marcha verde» cruza la frontera (6 de noviembre). Acuerdo Tripartito de Madrid (14 de noviembre).
1976 España abandona el Sahara (26 de febrero). Al día siguiente, en Bir Lehlu, se proclama la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). En marzo, se abren los campos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), donde se estabilizará una población de en torno a los doscientos mil habitantes.
1979 Mauritania cede al FP el territorio bajo su administración (agosto).
1981 Batalla de Güelta Zemmur (octubre).
1982 La RASD es admitida (22 de febrero) en la OUA.
1988 Plan de paz de Naciones Unidas: convocatoria de un referéndum de autodeterminación para 1992.
1991 Despliegue de la Minurso.
2001 Propuesta marroquí de autonomía avalada por Naciones Unidas.
Resistents saharauis en els primers temps de la invasió marroquina

EL CONFLICTO BÉLICO

EL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN POPULAR SAHARAUI (ELPS). En los comienzos de la lucha independentista, se estimaba en torno a diez mil el número de combatientes saharauis. Siguiendo la doctrina de la guerra de guerrillas en boga en la época entre los movimientos de liberación nacional, el Frente Polisario organizó sus efectivos en un denominado Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS), brazo armado de su organización política, que consumaba la división político-militar del proyecto independentista, con las misiones específicas de proteger a la población civil y librar la guerra contra los ejércitos ocupantes.

Unitat del Front Polisari

DE LA GUERRILLA A LA GUERRA CONVENCIONAL. Los combatientes saharauis siguieron una estrategia de hostigamiento en todos los frentes que, al comienzo, no desdeñó las incursiones en el sur de Marruecos, los ataques a los pesqueros españoles y el sabotaje de las instalaciones mineras. Las Fuerzas Armadas Reales (FAR) marroquíes se vieron obligadas a triplicar sus efectivos en menos de diez años, y entre 1974 y 1982 pasaron de 56.000 a 141.000 hombres, la mayoría destinados al Sahara. En el mismo período el presupuesto de Defensa marroquí se cuadruplicó, convirtiéndose en una onerosa carga para la economía del país. Son destacables las ofensivas saharauis del verano de 1976, la El Uali (1978), y la Huari Bumedian (1979), con incursiones en la región marroquí de Tarfaya y las batallas de Bir Enzaren (11 de julio) y Smara (5 y 6 de octubre).
Tras la paz con Mauritania (1980), las unidades del ELPS dieron un salto cualitativo, centrando sus ataques en el frente marroquí y enfrentándose a las FAR en campo abierto. La principal de las batallas de esa nueva fase tuvo por escenario Güelta Zemmur, donde en octubre de 1981 fue aniquilado un regimiento marroquí de 2.400 hombres y capturado un importante arsenal.

LOS MUROS DEFENSIVOS MARROQUÍES. Marruecos emprendió a partir de 1980 la construcción de muros en el desierto, una estrategia destinada a restringir la movilidad de la guerrilla y a aislar, con miras defensivas, el llamado «Sahara útil», que comprende el triángulo El Aaiún-Smara-Bu Cra. En 1987, tras sucesivas ampliaciones, el sistema se completó con la construcción del sexto muro, que extendía el perímetro total amurallado a más de dos mil kilómetros lineales, más de la mitad del territorio. Consisten los muros en una barrera de piedra y arena que impide el paso de vehículos y que está protegida por otras tres barreras: campos de minas, un foso y alambradas. A lo largo de los muros se llegaron a desplegar hasta cien mil hombres en pequeñas unidades emplazadas cada cinco kilómetros con piezas artilleras o carros de combate, y sistemas de detección electrónica capaces de localizar movimientos a sesenta kilómetros.

ALTO EL FUEGO. Aunque los combatientes saharauis llegaron a neutralizar la ventaja conseguida inicialmente por las FAR con los muros, a la larga, tras la multiplicación del perímetro defensivo, no recuperaron las cotas de eficacia de los comienzos de la guerra, como demostró la victoria, en cierto modo pírrica, de la ofensiva Gran Magreb de 1984, en la que tras un alarde de eficacia que llevó a las tropas del ELPS al otro lado de los muros, siguió a las 48 horas la conveniencia de un repliegue forzado por la imposibilidad de mantener las posiciones conseguidas. La imposibilidad de una victoria total sobre el enemigo propició a la larga la adopción del alto el fuego de septiembre de 1991, aunque en la práctica la guerra se hallaba detenida ya desde 1988.

MEDIACIÓN Y PLANES DE PAZ

INTERVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS. La intervención de Naciones Unidas auspició la apertura de una fase de negociaciones que parecía enzarzarse en cada paso y obligaba a desandar el camino de cualquier compromiso o resolución tomada. Se trataba de la estrategia dilatoria con que la monarquía alauíta inclinaba el contencioso a su favor. Pero desde luego contribuyó también a socavar el prestigio de las instituciones internacionales y de algunos de sus máximos representantes, como el peruano Javier Pérez de Cuéllar (secretario general de la ONU entre 1981 y 1991), denunciado por la prensa como beneficiario de las prácticas corruptas de Hassan II cuando, en febrero de 1993, fue nombrado vicepresidente de la empresa Optorg, filial francesa de Omnium Nord Africain (ONA), el principal holding marroquí, que presidía Fuad Filali: hijo del ministro de Asuntos Exteriores, Abdelaziz Filali, y, entre 1985 y 1997, yerno de Hassan II en virtud de su casamiento con la primogénita del monarca, Lala Mariam.

FRACASO DEL «PLAN DE ARREGLO». Como el plan de paz pasaba por la convocatoria de un referéndum de autodeterminación cuyos resultados se auguraban en principio favorables a la independencia del territorio, Marruecos se entregó a repoblar el Sahara con sus excedentes humanos: para llevar a cabo el empeño era capital disponer del mayor tiempo posible. Hassan II lo obtuvo primero mediante su negativa a mantener un encuentro directo con representantes del FP. Cuando la presión internacional hizo inevitable ese encuentro, accedió a tenerlo, y acabó aceptando el plan de Naciones Unidas (aprobado por el Consejo de Seguridad -29 de abril de 1991- y prevista la convocatoria de la consulta para comienzos de 1992) así como el compromiso de acatar un eventual resultado adverso. Pero entonces el monarca se atrincheró en la composición del censo electoral. La elaboración del censo (que se amplió desde los 74.902 habitantes del censo español de 1974, hasta los 86.381 con derecho a voto) se prolongaría desde 1994 hasta diciembre de 1998. Al final el referéndum quedó bloqueado porque Marruecos recurrió los casos de 130.000 personas que no habían sido aceptadas como votantes: 65.000 de ellas miembros de tres grupos tribales marroquíes que no cumplían los requisitos exigidos, y que, de ser incluidos, hubieran inclinado claramente la balanza en favor de la integración en Marruecos.

Campament de refugiats a Tinduf

MINURSO. La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso) se desplegó en 1991 para identificar el censo de votantes y para supervisar el alto el fuego. Contó con más de dos mil personas, entre observadores, funcionarios, cascos azules ... Tras los sucesivos aplazamientos del referéndum, su misión quedó reducida a 250 miembros y obtuvo sucesivas prórrogas: la última, por dos meses, expirará el 30 de abril de 2002.

«PLAN BAKER»: LA TERCERA VÍA. Para tratar de hallar una salida a la situación, James Baker hizo suya una propuesta de autonomía saharaui planteada a comienzos de 2001 por Marruecos: una fórmula de autogobierno regional que, sin cuestionar la soberanía marroquí, dispondría de un Consejo Ejecutivo con competencias propias, entre las que no figurarían los ámbitos de la defensa, asuntos exteriores, justicia, policía... que seguirían en manos del estado central. El plan sería sometido a un referéndum con participación de los marroquíes con un año de residencia en la región. Además, prevé la eventualidad de una nueva consulta una vez transcurridos cinco años de gobierno autonómico. El nuevo monarca marroquí, Mohamed VI, pasó desde ese momento a adoptar el «plan Baker» como la pieza fundamental del rompecabezas saharaui. El FP, por su parte, lo rechazó, entre otras razones por el convencimiento de que sus actuales dirigentes iban a ser excluidos de forma sistemática del poder autonómico, cuando no eliminados físicamente por el intocado aparato policial del régimen.

PARTICIÓN: LA CUARTA VÍA. Kofi Annan hizo público en febrero de 2002 un nuevo plan presentado como última alternativa antes de la eventual aplicación de «la segunda vía» (renuncia de Naciones Unidas a una solución y retirada de la Minurso). El plan propone dividir el Sahara en dos unidades territoriales que se corresponden aproximadamente con las regiones históricas saharauis: Saguia el Hamra, para Marruecos, y Río de Oro, para el FP. Se trata de una división territorialmente desigual, porque la primera representa dos tercios de la superficie total y, además, contiene el «Sahara útil».
Inmediatamente, Marruecos declaró su oposición radical a esta solución. Siguiendo las huellas de su padre, Mohamed VI rechaza sentarse a negociarlo con el Frente Polisario y pasa por alto que una solución técnica de esta naturaleza ya la aceptó Marruecos en 1976 al suscribir los Acuerdos de Madrid. Retomando los argumentos que tan buenos resultados diéronle al fallecido monarca, su embajador ante la ONU insistía en que «la mayor divergencia en la cuestión del Sahara está entre Marruecos y Argelia», para lo cual pasaba a proponer un diálogo con este país bajo los auspicios de Naciones Unidas. Sin duda una nueva estratagema dilatoria para eludir la solución y hacer correr el tiempo a su favor. Un tiempo que es precisamente adverso para la moral saharaui, tras 26 años de contencioso y campos de refugiados.
Baker proponía al Consejo de Seguridad que, en ausencia de consenso entre las partes, impusiera una solución antes del 30 de abril. Annan, por su parte, deja claro que la solución, cualquiera que sea, dará a los contendientes «una parte de lo que desean, pero no todo».

Los protagonistas
El Bassiri (Mohamed uld Hach Brahim) (Tan Tan, 1942-¿1970?). Periodista, padre del nacionalismo saharaui y fundador de la OALS. Desapareció tras ser detenido a raíz de los sucesos del 17 de junio de 1970. Según el libro de F. Guijarro, fue fusilado por la policía después de ser sometido a tortura.
El Uali Mustafá Sayed. Primer secretario general del FP, encabeza la lista del martirologio polisario: murió a los 28 años, el 9 de junio de 1976, durante la retirada de un ataque relámpago a un puesto de la legión extranjera en El Khanga (Mauritania).
Mohamed Abdelaziz (Tan Tan, 1948) Médico, secretario general del FP (elegido tras la muerte de El Uali) y presidente de la RASD.
James Baker (Houston, Texas, 1928) Ex secretario de Estado norteamericano (1989-1992). Desde 1997 es enviado especial de Naciones Unidas para el Sahara y artífice de la «tercera vía» que propone una autonomía saharaui bajo soberanía marroquí.
Mohamed VI (Rabat, 1963). Rey de Marruecos desde que su padre, Hassan II, murió en 1999. Su continuidad en el trono depende en gran medida de la solución del problema del Sahara.
Kofi Annan (Kumasi, Ghana, 1938). Secretario general de la ONU desde 1997.
Las piezas del tablero
España: Metrópoli colonial que conculcó los derechos del pueblo saharaui al entregar el territorio bajo su administración a Marruecos y Mauritania. Los posteriores vaivenes de su diplomacia respecto a la cuestión reflejan los problemas creados por sus numerosos contenciosos con Marruecos. En 2002 las relaciones hispano-marroquíes atraviesan su peor momento.
Marruecos: Sus «provincias del Sur» son una pieza esencial del discurso nacionalista de la monarquía, ya que satisface parte de sus reivindicaciones históricas en el Sahara (basadas en una tradición expansionista iniciada en el año 681 con la invasión árabe del norte de África), que comprenden el territorio entero de Mauritania y grandes extensiones de Mali y de su gran rival, Argelia.
Argelia: Principal aliado de la causa saharaui, proporciona la ayuda logística a los campos de refugiados instalados en Tinduf. Es acusada por Marruecos de perseguir una salida oceánica.
Estados Unidos: Por razón de su geoestrategia africana juega la baza de Marruecos como principal aliado magrebí. Financió la construcción del sistema de muros del Sahara y es el principal proveedor de las FAR, a las que proporciona asesores militares.
PRISIONEROS Y «DESAPARECIDOS»

El FP tiene más de 1.300 militares marroquíes presos, algunos desde hace 25 años. En enero de 2002, liberó en un «gesto humanitario» a un grupo de 115. En 1988 el número de «desaparecidos» saharauis se estimaba en torno a 800.

BIBLIOGRAFÍA

Caro Baroja, Julio: Estudios saharianos, IDEA, 1955.
Diego Aguirre, José Ramón: Historia del Sahara Español. La verdad de una traición, Kaydeda, 1988.
Guijarro, Fernando: La distancia de cuatro dedos en la guerra del Sahara con el Frente Polisario, Flor del Viento, 1997.

[ Vegeu també: Apuntes sobre el Magreb / Argelia, ramadán sangriento ]

Lluís Cànovas Martí, «Sahara Occidental: la guerra olvidada»
Escrit per a Clío, el pasado presente, núm. 6, abril 2002